Cuando el ruido procede de otras viviendas
La insonorización efectiva de la mayoría de las viviendas es relativamente baja, y esto ocasiona frecuentemente problemas de convivencia, entre vecinos o dentro de la misma vivienda. Poniendo como ejemplo la ciudad de Madrid, la legislación indica que no debe entrar en una vivienda una cantidad de ruido superior a 35 decibelios de día y 30 dB por la noche. Estas limitaciones son superadas en infinidad de ocasiones por una de las siguientes causas:

– Las tabiquerías que separan las viviendas no tienen las condiciones mínimas exigibles (actualmente es obligatorio realizar dos tabiques exentos separados con material aislante, pero en la mayoría de las viviendas antiguas solamente existe un tabique).
– Las actividades que generan el ruido exceden del volumen calculado para estos casos (televisores muy altos, aparatos de sonido de gran potencia, fiestas o reuniones e incluso impactos directos sobre suelo o paredes).
En todos los casos el responsable de la contaminación acústica será el emisor, ya que es su responsabilidad no generar ruidos por encima de los límites arriba indicados. Pero la realidad demuestra que el vecino que sufre dichos ruidos puede tener que enfrentarse a un largo proceso judicial para solucionarlo

i somos receptores de ruidos de otra vivienda, es posible eliminarlos en su mayoría insonorizando nuestra vivienda, ya sea acometiendo estancias enteras (paredes+techo+suelo) o reforzando puntualmente algunos paños de las paredes (ya que éstas actúan como altavoces una vez que entran en vibración, como explicaremos mas adelante). Es importante tener en cuenta siempre que la manera más eficaz de insonorizar será siempre actuar sobre los espacios en los que se produce el sonido o impacto. Pero la difícil convivencia en los edificios de viviendas hace que muchas veces sea el afectado el que tiene que acabar poniendo la solución para poder recuperar su calidad de vida.
COMO ACTÚA EL SONIDO

El sonido procedente de la voz o la televisión se propagará a través del aire hasta chocar con los elementos que encuentre, tales como paredes y techos. En función del volumen y frecuencia de dicho sonido, estos elementos rígidos (paredes, techo y suelo) entrarán en vibración, haciendo a su vez vibrar todo elemento rígido en contacto con ellos (vigas, pilares, muebles…). En el caso de ruidos de impacto tales como pisadas, la vibración de dichos elementos se produce por impacto directo.
En ambos casos lo que encontramos en la estancia receptora es que nuestro techo, suelo y paredes entrarán en vibración al estar sólidamente unidos al resto del edificio, y actuarán como altavoz emisor de sonido reproduciendo el ruido que se generó en la otra vivienda.
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